19 de julio de 2016

Verano, verano...

Pocas canciones describen como ésta todo lo que rodea  la estación más esperada del año, el verano… más que nada porque es sinónimo de vacaciones.
Nuestra amiga Mónica nos recordaba cada año que el Fary era un auténtico filósofo:
“Verano, verano, alegría, alegría, se visten de fiesta, los pueblos cada día.
Verano, verano, carrusel de aventura, ay, ¡qué bien se pasa!, pero ¡qué poco dura!”.
Y es verdad, ¡qué poco dura!
Esa melodía de fondo podría ser la banda sonora de muchos veranos de nuestras vidas, ¿verdad? Así, en plan cuéntame... Nuestros veranos ahora, como podéis ver por la foto, son veranos de vida en la piscina, aquí en Torrejón, con nuestras hijas Paula y Martina que son totalmente acuáticas (ahí van sus piesecillos).

Vamos ahora a lo que os puedo aportar como podólogo, porque hablar de esta estación es hablar, en el mejor de los casos, de playa y piscina, y en cualquiera de estos lugares conviene tomar algunas precauciones para evitar problemas a medio plazo y pasarlo bien.
  • Empezamos por el calzado. Por regla general, la mayoría suele optar por chanclas de distintos materiales. Plástico, suelas de tejidos naturales, etc. Parecen cómodas para calzarse y descalzarse con rapidez, pero son inestables y obligan a engarrar los dedos, recargan el antepie y favorecen que demos pasos cortos, generando sobrecarga muscular. Para los niños que están empezando a caminar resultan especialmente inadecuadas. Personalmente, creo que el mejor calzado en esta línea son las zapatillas de tipo cangrejeras, que sujetan mejor el pie y evitan todo lo anterior. Lo ideal es estar calzado en las zonas comunes, para evitar contagio de papilomas, hongos, etc.
  • Otra pauta básica en podología para prevenir problemas a medio plazo es secarse muy bien los pies. Los “intrusos” que hemos citado antes prefieren un entorno de humedad para estar bien cómodos. Si la evitamos en el pie, tenemos mucho ganado.Se puede usar una toalla pequeña específicamente para ello o, en caso de no hacerlo, lo mejor es con la toalla habitual bien seca empezar por esta zona del cuerpo.
  • Otro punto importante tiene que ver con la protección solar. El empeine es una de las zonas que más se queman, y rara vez se aplica protección solar ahí. Mi consejo es que nadie se olvide del pie a la hora de aplicar este tipo de lociones.
  • Si pensamos en la playa, una pregunta habitual es si es beneficioso caminar descalzos. La respuesta aquí es rotunda, por supuesto que sí. Prestando mucha atención a la superficie, que la arena no esté excesivamente caliente, que no haya conchas o piedras que puedan lastimarnos, etc.
  • Al caminar sobre la arena obligamos a una parte de nuestra musculatura a trabajar, algo que no es habitual al hacerlo por superficies duras y con calzado. En cualquier caso, en las zonas comunes (duchas, etc., mejor hacerlo con el calzado de playa). Además, la textura de la arena favorece el retorno venoso, activando la bomba plantar que hace que la sangre vuelva hacia arriba y la circulación de las piernas sea óptima.Un pequeño masaje con la arena húmeda también ayuda a exfoliar la piel y la suaviza, para aprovechar bien el rato con los pequeños en la orilla…
  • Por lo demás, el resto de consejos son los habituales. Buena limpieza, buena hidratación, uñas rectas y no excesivamente cortas. Además, ya hablaremos en un futuro de los esmaltes, pero mi consejo es alternar alguna semana con y sin él y, preferiblemente, que sean de uso personal para evitar contagios. En la playa, desde luego, es muy bueno que las uñas estén bien limpias y para que puedan asimilar las propiedades del agua marina.
  • Para terminar, recordar que en esta época es más habitual la hinchazón de los pies al final del día. La recomendación es la de siempre: elevar los pies, y baños de contraste con agua tibia y fría, sin sal, para que no reseque la piel.

Espero que disfrutéis muchísimo de estos días de descanso. ¡Felices vacaciones! y para quienes no las tengan o las hayan disfrutado ya, ¡feliz verano!

26 de mayo de 2016

Cáncer: cuida tus pasos

Cada mes de mayo, la Federación Internacional de Podólogos celebra el mes mundial de la salud del pie. El objetivo de esta iniciativa, promovida por una entidad que agrupa a más de 30 organizaciones de todo el mundo, entre ellas la Asociación Española de Cirugía Podológica, en cuya web se publica esta imagen, es promover la concienciación sobre esta parte del cuerpo tanto en el público general como entre los profesionales de la salud.

El lema escogido para este año “Cáncer: cuida tus pasos”, ha puesto el foco sobre un tema del que no se habla habitualmente, el impacto de buena parte de los tratamientos oncológicos sobre el pie. Tal y como destaca la propia federación, conocer esta información a tiempo puede afectar tanto a la calidad de vida como a las posibilidades de tratamiento. De ahí nuestro interés por recoger en este artículo, de manera muy resumida, las principales ideas del dossier publicado en inglés por la organización.

La federación insiste en que algunos efectos secundarios desaparecen tras el tratamiento, mientras otros pueden permanecer y advierte que algunos medicamentos presentan un mayor número de molestias para el paciente en las primeras seis semanas de tratamiento, mientras otros lo hacen entre los dos y los tres meses.


Síndrome mano-pie


Uno de los efectos secundarios de una parte de estos fármacos es el síndrome mano-pie, eritrodisestesia palmoplantar. Entre los síntomas moderados destacan la hiperqueratosis (durezas), enrojecimiento de la piel, hinchazón (que favorece que la uña pueda encarnarse), mayor sensibilidad, ampollas, ardor y hormigueo, tirantez y callosidades en los puntos de apoyo.

Las manifestaciones más severas de este síndrome comprenden piel agrietada, descamada y frágil, ampollas y úlceras, dolor severo e incluso dificultad para caminar.

Además, este tipo de tratamientos tienen un impacto importante sobre la uña. Es frecuente que se caigan, que cambien de color, que se produzca inflamación en el nacimiento, o que se vuelvan frágiles y se formen capas que se rompen.


Consejos para reducir las molestias


Para afrontar, en la medida de lo posible, estos efectos secundarios, la federación repasa algunos consejos.

  • Evitar el agua caliente.
  • Secar cuidadosamente con ligeros toques de toalla, sin frotar.
  • Refrescar los pies con agua corriente fría, una toalla húmeda fría o envolver hielo en una toalla y aplicar durante 15 minutos, sin dejar el hielo en contacto directo con la piel.
  • Evitar el calor del sol, así como las actividades que puedan favorecer los roces.
  • Otro punto importante es evitar el contacto con productos químicos como detergentes.
  • Usar guantes de algodón fino en lugar de goma.
  • Aplicar cremas hidratantes con cuidado de no frotar.
  • Usar ropa cómoda y amplia y zapatos que favorezcan la transpiración.
  • Evitar caminar descalzo y usar calcetines y calzado con suela gruesa.
  • Asesorarse sobre rellenos, acolchados o plantillas si fuera necesario un confort extra.



El cuidado idóneo de esta parte del cuerpo es un elemento más en la calidad de vida del paciente oncológico. No olvidéis que los profesionales estamos a disposición de pacientes y familiares para resolver cualquier duda que pueda mejorar su estado físico en un momento de especial sensibilidad y vulnerabilidad. ¡Todo nuestro apoyo en esta batalla!

24 de mayo de 2016

Un nuevo enfoque para tratar o no el pie plano

Desde el punto de vista personal, lo mejor de acudir a cursos de formación continuada como el Seminario de Podología Infantil al que asistí hace algunas semanas es reencontrarse con antiguos compañeros. Es la misma sensación que con los buenos amigos. Parece que fue ayer cuando estudiábamos juntos en la Escuela de Podología de la Universidad Complutense de Madrid hace ya 20 años. En esta foto me acompañan Francisco Javier, Gema, Marta, Raquel y Antonio - ¡no pasa el tiempo por ellos!
A nivel profesional, son muchísimas las ventajas. Más aún cuando el profesor es Roberto Pascual, una referencia en el campo de la podología pediátrica que hace unas semanas copaba la atención de los medios por un estudio en el que alertaba de las consecuencias de que los niños abusen de los deportivos con ruedines. El impacto sobre el pie es parecido al que tendría enviar a los niños al colegio con un tacón de cuatro o cinco centímetros, para que os hagáis una idea.
Dejando este informe a un lado, voy a hablaros de uno de los temas más interesantes que discutimos en el encuentro, los nuevos enfoques para abordar el pie plano infantil, que constituye uno de los principales motivos de consulta en niños.

Poniendo el acento en la funcionalidad

El pie plano se caracteriza por el descenso o la ausencia del arco en la planta, entre otros rasgos. Como el resto de la estructura del pie, el puente se forma durante la infancia. Un dato curioso es que en los primeros años de vida la acumulación de grasa en esta zona da una falsa apariencia de pie plano. Se considera que a los ocho años el pie ha alcanzado el 80 por ciento de su desarrollo, y por tanto, ha desarrollado la mayor parte de su puente.
Hasta hace poco, el principal criterio para aplicar un tratamiento en niños por pie plano, que consistía en plantillas correctoras y ejercicios combinados para favorecer su formación, se basaba en el análisis de la huella, poniendo el foco en la estructura del pie. De este modo, prácticamente el cien por cien de los niños que acudían a las consultas se trataban con plantillas y si nos remontamos más atrás, con calzado ortopédico.
A día de hoy, el foco está en la funcionalidad, en ver si esta ausencia de puente interfiere en la función que debe realizar el pie. 
Por este motivo, la pauta es realizar un análisis completo que comprende diferentes test para valorar su tipología y grado de flexibilidad y evaluar el comportamiento del pie en un estudio dinámico que permita observar su repercusión durante la marcha.
De algún modo, se espera que, en función del tipo de pie plano y siempre que no haya un impacto sobre la marcha, vaya desarrollando su puente de manera natural, algo que, por otra parte, no siempre sucede.
La justificación de estas decisiones, tal y como recordó Pascual durante la jornada, es que hasta la fecha no existe evidencia científica sobre la efectividad del tratamiento con plantillas en el desarrollo del puente en los niños. Es decir, no se han realizado ensayos científicos rigurosos sobre este tema, lo que no quiere decir que en la práctica no tenga ningún efecto. Como tampoco se han llevado a cabo estudios que puedan probar los beneficios de realizar ejercicios pautados (caminar de puntillas o de talones) sobre el pie plano en niños, según indicó el experto.

Para qué sirven las plantillas

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que cuando el profesional prescribe una plantilla para pie plano no existe como único objetivo forzar el desarrollo del puente. Lo habitual es que se corrijan a la par otras alteraciones asociadas, como el genu valgo de rodillas (piernas en x), normal hasta los seis años, y otro tipo de manifestaciones en la pisada.
Además, cuando es necesaria, una plantilla bien diseñada reparte cargas y permite alinear la estructura ósea del pie, lo que favorecerá posteriormente un desarrollo muscular equilibrado. Si la musculatura evoluciona sobre un pie deformado, por ejemplo, se pueden generar problemas posturales.

Señales de alerta

Ante un pie aparentemente plano, y en cualquier caso, a partir de los tres años los padres deben estar atentos a determinados signos: caídas frecuentes, desgaste anómalo del calzado, cansancio, excusas para evitar la práctica deportiva y, sobre todo, dolor. En estos casos, previo paso por el pediatra, mi consejo es consultar también con su podólogo, que determinará si el pie plano precisa o no tratamiento y de qué tipo.
Atendiendo a estos criterios funcionales, alrededor del 45 por ciento de los niños que acuden con este problema a la consulta salen sin tratamiento, pero siguen en observación para valorar cómo evoluciona el desarrollo del puente en los meses siguientes.
En otros casos, el especialista prescribe unas plantillas para mejorar la pisada y favorecer un desarrollo adecuado del pie.
Apenas entre el cinco y el diez por ciento de los niños con pie plano precisará tratamiento quirúrgico, pero esa realidad también existe y hay que incidir en la detección precoz de estos casos.


3 de mayo de 2016

Que el zapato no estropee un gran día

Con el mes de mayo se abre la temporada grande de lo que muchas personas en la web llaman la BBC, o lo que es lo mismo, bodas, bautizos y comuniones. Nosotros ya hemos comenzado la nuestra, con la comunión de nuestro sobrino Carlos el pasado domingo 1 de mayo. 
Y es que este mes concentra una parte importante de este tipo de celebraciones que, al margen de su carácter religioso, son una fiesta para familiares y amigos a las que se acude habitualmente con ropa y calzado especial.

De "peor" a "mejor"

Por lo que a mí respecta, voy a resumir algunos consejos para evitar que una elección inadecuada del calzado pueda estropear un buen día. Espero que os resulten muy útiles.


Comenzamos con el calzado femenino. Para empezar, hay que reconocer que la mayoría de los zapatos de ceremonia reúnen todas o buena parte de las características que desaconsejamos los podólogos. No obstante, hay que ser razonables y admitir que un uso puntual de este tipo de calzado no tiene mayor importancia. Salvo que la falta de entrenamiento nos regale un esguince o torcedura, que también puede suceder.
Dejando a un lado la estética, el peor esquema es el de un zapato de tacón de aguja muy alto y punta estrecha que, además, lleve suela muy fina. Si el material no transpira y carece de sujección en el talón, son aún menos recomendables. 
Un uso continuado produce sobrecarga en el antepie, favorece la evolución del juanete y otros daños articulares, y los dedos en garra, además de problemas de espalda, entre otras muchas consecuencias en las que no voy a detenerme.
No obstante, insisto, la importancia es relativa si se utilizan unas horas de forma puntual.
En el otro extremo de la balanza estarían los zapatos de tacón más moderado, más ancho, con una pequeña plataforma que compense la altura y amortigüe el antepie, pero que no resulte exageradamente rígida y una puntera más redondeada. Si además son de ante o piel, o de algún material que transpire, el confort será mayor.


Y recuerda:

  • Prueba los dos zapatos en la tienda y camina un poco, preferiblemente a última hora de la tarde. Haz un pequeño rodaje en casa para asegurarte de que son relativamente cómodos.
  • Si tienes previsto acudir a tu podólogo, se recomienda una semana antes.
  • No hidrates el pie en el mismo día. Mejor hacerlo la noche anterior con crema rica en urea y cubrir con un calcetín de algodón o fibras naturales.
  • Si en lugar de panty o media se va a utilizar un aerosol del tipo "medias en spray", hay que dejarlo secar completamente. No hemos podido ver o probar este producto aún, pero es tendencia en internet.  
  • Es importante evitar que las medias se deslicen. Para ello, hay medias con apliques de silicona. También se pueden utilizar medias plantillas de silicona. No es bueno abusar de ello, porque el pie se acomoda, pero de forma ocasional puede funcionar.
  • Los apósitos hidrocoloides para evitar rozaduras también hacen su trabajo. Mejor que las tiritas convencionales, que se mueven fácilmente.  
  • La moda de llevar un calzado de recambio es una buena idea. Prepara algo cómodo por si notas molestias.
  • Una vez en casa, dedica diez minutos a tus pies y te lo agradecerán. Un baño de contraste con agua fría y tibia (mejor que caliente, que aumenta la inflamación). Añade aceites esenciales en lugar de sal, que puede resecar la piel. Para finalizar, un masaje en sentido ascendente con un gel frío y pies en alto para favorecer el retorno venoso.

Calzado infantil y masculino 

A la hora de escoger el calzado de ceremonia de los niños ten en cuenta que muchos de ellos no van a quejarse si molesta, especialmente los más pequeños. Evita zapatos muy rígidos o excesivamente blandos, suelas finas y bailarinas sin sujección. Preparar un calzado de batalla de recambio por si se viera que el niño no esta cómodo no está de más.
El calzado masculino, en general, es más respetuoso con la anatomía del pie. Si hay que elegir, mejor hormas anchas, suelas flexibles y materiales transpirables.

Con esta batería de consejos, ya solo os queda disfrutar. ¡Que vuestras celebraciones sean todo un éxito! ¡Hasta la próxima! 

14 de abril de 2016

El estudio digital de la pisada, la tecnología que guía nuestros pasos

 Hace algo más de un mes que quitamos el embalaje de un equipo recién llegado desde Italia que estoy seguro que va a darnos muchas satisfacciones. Se trata de una plataforma de presiones, una tecnología de última generación con la que se pueden realizar estudios informatizados de la pisada tanto en estática como en movimiento, incluso en carrera.

La plataforma, equipada con sensores, se conecta a un ordenador y envía datos muy precisos sobre nuestra forma de caminar que un software recoge y analiza. Da información, por ejemplo, sobre la presión que recibe cada punto del pie durante la marcha, los ejes de movimiento y otros muchos datos que no se pueden percibir a simple vista y que resultan muy valiosos para nosotros como profesionales.

Otra de sus ventajas es que se pueden almacenar las grabaciones de la exploración en movimiento o estática, por ejemplo, para revisarlas con detalle y analizar la respuesta de un paciente al tratamiento prescrito en futuras revisiones.

Además, los pacientes pueden comprender de manera muy sencilla sus problemas al caminar. Las zonas con mayor carga, por ejemplo, aparecen en rojo intenso y el código de colores resulta muy visual. Y lo que es más, podemos comparar su patrón de marcha con un esquema normal, según su peso y estatura, y observar las diferencias.

Hasta hace pocos años, este tipo de tecnologías estaban solo al alcance de deportistas de élite. Afortunadamente, su empleo se ha popularizado entre mis colegas y a día de hoy cada vez es más frecuente realizar este tipo de exploraciones antes de prescribir unas plantillas.

Aunque la verdad es que no resulta del todo accesible y son muchos los podólogos que trabajan con un sencillo podoscopio, un aparato de cristal, espejo y luz que permite solo observar los apoyos en estática. En mi caso, por ejemplo, en la clínica de Herencia he contado desde el principio con un banco de marchas con una estructura similar al podoscopio pero de mayor longitud con el que he podido realizar la exploración en movimiento, que ya era un avance.

Estudios en tiendas y ortopedias
 

Resulta curioso, en cualquier caso, que este tipo de equipos hayan llegado antes a muchas tiendas de deporte o centros comerciales que a las consultas de los profesionales. Cada vez es más común que un corredor reciba asesoramiento sobre su pisada al comprar una zapatilla en alguno de estos centros. Ojo con seguir a pies juntillas las recomendaciones de dependientes o técnicos ortopedas que no están capacitados para interpretar esta información, ya que a veces aparecen resultados contradictorios.

Seguro que vamos a sacarle un gran provecho. Y es que realizar una exploración de este tipo es bueno para cualquier persona, como base para el tratamiento o simple prevención. No obstante, hay varios grupos para los que resulta especialmente interesante.

En el caso de los diabéticos, detectar precozmente los puntos de mayor presión puede ayudar a prevenir complicaciones como la úlcera neuropática, por ejemplo.

En los niños, con un pie en desarrollo, la posibilidad de almacenar las exploraciones y compararlas en un futuro es todo un avance para nosotros y resulta interesante para los padres.

Ni que decir tiene que el gran nicho de esta tecnología es su punto de partida. En el ámbito deportivo, conocer el patrón de la marcha o la carrera no solo ayuda a prevenir futuras lesiones, sino que contribuye a mejorar el rendimiento. Un consejo, en cualquier caso, que conviene recibir de profesionales sanitarios formados específicamente para ello.

¡Os iré contando resultados!

13 de abril de 2016

20 años no es nada...

¡El tiempo vuela! Este año se cumplen 20 desde que me diplomé en Podología en la Escuela de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid. 
La mía fue la sexta promoción en la capital de una profesión sanitaria que empezaba a despegar. Hasta entonces, la atención podológica correspondía a profesionales de enfermería que completaban su formación con un tiempo de especialización, no exactamente las actuales especialidades de enfermería.

Por cierto, aquí os dejo mi orla, no sé si alguien podría reconocerme… Por si acaso, estoy en el centro de la segunda fila empezando por abajo, con cara de foto oficial, la verdad... Y también un recuerdo del día de mi graduación con Esther, hoy mi mujer.

En este tiempo he podido ver todo tipo de problemas en la consulta. Muchos de ellos podrían haberse evitado con un cuidado adecuado de esta parte del cuerpo que no siempre recibe la atención que merece, a pesar de soportar todo su peso.
 Con esta reflexión surgió la idea hace mucho, mucho tiempo de escribir este blog, como parte de mi compromiso personal con mis pacientes pero también con la sociedad. Una apuesta por la prevención y la educación para la salud, que es parte de nuestra labor como sanitarios, en la que espero que me acompañéis.

Junto a mi trabajo, mis hijas Paula y Martina  -sus pequeños pies protagonizan la foto de cabecera- son mi gran pasión. El verdadero motor que me impulsa a estar al día personal y profesionalmente.

¡Os invito a seguirme en esta aventura!